Historia del Colegio
Transcurrían los primeros años de la década de los ochenta, y un grupo de eminentes empresarios y educadores vieron la necesidad de abrir un centro educativo de calidad en el naciente distrito de San Borja. Así, haciendo un alto en sus trabajos, emprendieron el largo camino hacia la consecución de su sueño; formaron la Asociación Promotora Educativa El Rosario y, bajo la guía del Primer Presidente de la Asociación, Lic. Mauro Salinas Manrique, empezaron todas las gestiones necesarias para iniciar su trabajo.
Lo primero era encontrar un terreno idóneo para poder empezar la construcción de tan ambicioso proyecto; la búsqueda rindió sus frutos en el verano de 1984; la naciente urbanización Santo Tomas fue el lugar elegido, un lugar estratégicamente ubicado, lejos del ruido de las grandes avenidas, pero a la vez de fácil acceso; un lugar que además presentaba buenas perspectivas para que el Centro Educativo próximo a nacer pueda crecer y ofrecer cada vez más y mejores servicios.
La construcción se inició de inmediato, así como todos los trámites necesarios para obtener los permisos y licencias de funcionamiento; la meta era empezar a funcionar como Centro Educativo al siguiente año, y gracias al esfuerzo y empeño puesto de manifiesto por todos los miembros de la Asociación Promotora, la meta se logró. El Colegio Nuestra Señora del Rosario se inauguró el día 7 de Octubre de 1984, día de la Virgen del Rosario, nuestra patrona y guía; ese día se abrieron por primera vez las puertas de una construcción moderna y funcional, especialmente diseñada para el dictado de clases y el desarrollo integral de los alumnos; este importante acontecimiento fue apadrinado por el reconocido Sr. Mauricio Arbulú Bryce, quien por aquella época era Gerente General de América Televisión. Había nacido oficialmente nuestro colegio; el sueño se había materializado. Únicamente faltaba regularizar el tema de las licencias y permisos respectivos, mismos que llegaron como regalo de Navidad, pues en el mes de Diciembre de ese mismo año, el Colegio Nuestra Señora del Rosario estaba listo para empezar a funcionar.
El año escolar 1985, el Colegio Nuestra Señora del Rosario empezó su labor educativa, con solo seis aulas de clase, que atendían desde el primer grado de primaria hasta el cuarto año de secundaria en dos turnos; se contaba con una población de 186 alumnos y un staff de docentes plenamente comprometidos, bajo la acertada dirección de nuestro Director Fundador, Dr. Francisco Martínez Martínez. Nuestro Colegio rápidamente se hizo un sitial de importancia en el distrito, y lo hizo a través del deporte, y es que, a pesar de tener pocos alumnos aún, se logro el tercer lugar en las Olimpiadas Interescolares de San Borja. Estábamos en boca de todos, ¡éramos el Colegio revelación del distrito!
Pero no podíamos destacar solo por nuestra práctica deportiva, se quería lograr ser auténticos líderes en la educación, lograr la tan anhelada formación integral; conscientes que para ello era necesario contar con un mayor espacio, la Asociación decidió adquirir un terreno adicional. El seis de Abril del año 1987 se logro la compra del terreno vecino. Se pudieron completar entonces las once aulas (seis grados de primaria y cinco años de secundaria) para poder atender en un solo turno, y contar con un área de recreo cómoda y segura para todos. El Colegio Nuestra Señora del Rosario lograba destacadas participaciones en cuanto evento cultural, cívico y deportivo participaba; era evidente que su crecimiento se daba a pasos agigantados.
El trabajo serio y responsable rendía sus primeros frutos; las primeras promociones rosarinas ya habían egresado y se encontraban construyendo su futuro gracias a las enseñanzas adquiridas durante el paso por las aulas. Pero no era suficiente; para estar a la altura del desarrollo científico y tecnológico, el Colegio Nuestra Señora del Rosario necesitaba crecer aún más. El veintiuno de Noviembre de 1994 se adquiere un terreno más, el cual albergaría a los tres primeros grados de primaria, con ello se lograba contar con el espacio necesario para iniciar la construcción e implementación del laboratorio de química y física, el taller de computación y la biblioteca. La infraestructura del Colegio se había convertido en una de las más amplias y modernas del distrito de San Borja y una de las mejores de Lima. El personal docente, de primera categoría, formaba a los alumnos rosarinos ética, cívica, moral e intelectualmente. Los reconocimientos no cesaban, y se empezó una sana costumbre rosarina: 100% de ingreso a las universidades, mucho antes del boom de los colegios pre universitarios.
La visión y sueño que habían tenido los miembros de la Asociación Promotora Educativa El Rosario una década antes, se había cumplido; ahora venia lo más difícil: mantener y mejorar constantemente. La meta de formar una sociedad más humana estaba en camino; los jóvenes que egresaban de las aulas del colegio, rápidamente se integraban a la sociedad, con valores plenamente formados y en plena capacidad de luchar por sus metas personales. A nivel empresarial, vinieron años difíciles, el poder adquisitivo de las personas decayó, y con ello la demanda educativa; sin embargo, el Colegio salió adelante manteniendo siempre su posición de liderazgo.
Se contaba con aulas amplias y cómodas, especialmente diseñadas de acuerdo a la edad y plenamente equipadas con lo último de la tecnología multimedia; laboratorios de ciencias y de computo; talleres de manualidades y deporte; aulas de conferencias; entonces, la siguiente meta era completar el servicio educativo para menores y contar con nuestro propio nivel inicial. Y aunque se tardó un poco en conseguirlo, el año 2004 se inició la atención también para este nivel, en un local anexo y seguro para los más pequeños, con todas las comodidades y atenciones para ellos. Se completó así, lo que nosotros consideramos, la mejor atención y servicio educativo del distrito, y uno de los mejores del medio. Nuestras metas siguen creciendo, y nos esforzamos cada día por ser mejores, por ello el mundo empresarial también ha puesto sus ojos en nosotros y vienen reconociendo año a año a la Asociación Promotora por su encomiable trabajo en bien del futuro de nuestro país.
Las personas que formamos parte de la Gran Familia Rosarina queremos manifestar nuestro sincero y eterno agradecimiento a cuantas personas e instituciones con cuyo aporte hemos contado a lo largo de nuestros treinta años de Vida Institucional. A continuación compartimos una pequeña muestra fotográfica de algunos momentos dignos de recordar.